Cuando estaba embarazada de mi segunda hija, al hacerme la amniocentesis detectaron una discordancia entre el cariotipo y el genotipo. La doctora que me atendía, al explicarme que esto se debía seguramente a una insensibilidad en los andrógenos, procedió a relatarme todas las peores opciones que podrían pasarle a mi hija y me preguntó en seguida si quería abortar.
Yo nunca había escuchado que algo así podría existir (me refiero a la intersexualidad) y junto con el shock y la poca expectativa de vida feliz que la doctora me contó, mi primer pensamiento fue que sí, que quería abortar. No quería traer a una persona para que lo pase tan terriblemente mal. Llegué a despedirme del bebé y recuerdo haberle hablado en la panza, y decirle “espero que nazcas en mejores condiciones la próxima vez”. Estaba decidida…
Esta idea duró el tiempo en que se me pasó el shock (creo que fue 1 día) o mejor dicho el tiempo en que empecé a averiguar qué era el SIA. Contacté con un genetista y empezaron a hacernos análisis a mi marido y a mi. Para ese entonces, había pasado una semana, en la que investigamos y el shock fue remitiendo, nos dimos cuenta que nuestra hija no estaba enferma, que nacería y que la amaríamos.
Cuando salieron los resultados de los análisis dieron como resultado un gen llamado NR5A1; parece ser que este gen puede causar desde hipospadias hasta genitales femeninos . Y nos derivaron a un urólogo. Él nos aseguró 100 % que sería un niño con hipospadias severa pero que se podrían operar y reconstruir sus genitales.
En el hospital en el que nació mi hija, yo había avisado que tendrían que apuntarlo como niño tuviese los genitales que tuviese. Al ver a mi bebé me asombré porque sus genitales eran casi femeninos. Y llamé al urólogo para poder llevársela para que la revisara, no estaba segura del tema de la reconstrucción genital, para mí eran femeninos. Al ver sus genitales me dijo que no creía que se pudiera reconstruir un pene porque no tenía tejido eréctil y me derivó con la endocrina que nada más verla me dijo que sus genitales no habían tenido exposición a la testosterona y que no creía que pudiese vivir como hombre y además su cerebro no tuvo impregnación de testosterona . Luego de hacerle pruebas, efectivamente casi no tenía testosterona, pero para estar seguros deciden hacer una activación para ver cuál es el máximo de testosterona que podría generar en su edad adulta con lo cual pinché a mi bebé de 15 días con un activador (de lo cual me arrepiento profundamente porque nada me pareció en vano. Yo sabía cuál iba a ser el resultado). Sus niveles máximos de testosterona con la activación no subieron mucho y nunca serían lo suficientemente altos para desarrollarse como hombre.
Y luego de una junta médica explicándonos que no se podría reconstruir un pene porque no tenía tejido eréctil, que su cerebro no estuvo en contacto con la testosterona en el útero y que no podría generar un mínimo de testosterona en edad adulta, decidimos aconsejados por ellos que lo mejor sería criarla como niña y hacer un cambio de género.
Mientras tanto yo no paraba de buscar por internet hasta que encontré a Grapsia. Esto significó para mí un antes y un después. Todo ese momento de cambio de género, con miles de dudas, escribirme con algunos padres de niñas con SIA y sobre todo con adultas que tenían vidas completamente normales hizo una diferencia tan grande que no sé cómo explicarlo en palabras. La información que me daban me ayudaba a saber qué preguntas hacerle a los médicos. Y sobre todo me daba fuerzas para poder hacer el cambio de género. Me parecía imposible explicar a todos los padres del cole de mi otra hija que ahora nuestro hasta entonces niño sería una niña. Yo iba siempre a buscarla y el bebé era la sensación de todas sus amiguitas. Esto me pareció terrible de hacer, incluso pensé en mudarme para no tener que explicar nada. Pero como lo del aborto, me duró el tiempo que me tomó calmarme. No fue fácil claro, pero realmente ¿qué era lo que más me importaba? ¿Qué era lo que más miedo me daba? Lo que “los demás” dirían, “lo que pensarían”. Y esto no puede ser lo más importante. Así que hicimos un mail a todos los que habían conocido al bebé y contamos de manera muy simple que cambiaríamos de género al bebé porque tenía genitales femeninos y que no generaba hormonas masculinas. Contamos cuál sería su nuevo nombre y listo.
La gente reaccionó bien y algunas personas vinieron a preguntarme a lo que yo respondía como si esto fuese una cosa de lo más normal, algo que pasa todos los días.
La verdad que era más el miedo que otra cosa, todo se puede superar. Lo que me parecía imposible no era para tanto, cuando me serené y dejé de pensar en lo que opinasen los demás pude pensar con claridad. Sólo me importa mi hija y lo que ella vaya a decidir. Porque decidir su género por ella, eso no lo volveré a hacer. Ahora esperaré a que hable para cualquier otra decisión que haya que tomar y la apoyaremos en TODO.
¿Por qué Grapsia fue un antes y un después para mi? ¡Todo lo que conté antes pasó en menos de un mes! Justo se hacía el congreso médico que se organiza cada año y decidimos ir. Eso fue lo que cambió mi cabeza porque aunque decidimos tenerla y amarla yo lloraba de preocupación por su vida en el futuro. Temía por su felicidad y tenía un montón de miedos. En el congreso conocí a mujeres con SIA que me contaban su caso, mujeres de todas las edades y a padres con hijas de edades distintas también. Todos me contaban sus vivencias y me entendían. Vi a mujeres riéndose, felices, con vidas como las de cualquier otra persona. Y verlas fue como ver a mi hija de adulta, ver que se puede tener una vida normal y feliz, tanto como la de cualquier otra persona, sin importar tus diferencias, esto me dio una tranquilidad y una esperanza que todavía no tenía.
Según las fui conociendo pude hacer miles de preguntas que los médicos no pueden responder y pedí muchos consejos a los padres sobre cómo actuar con diferentes situaciones que fueran surgiendo. Y eso marcó una diferencia muy grande en cómo yo veo la condición de mi hija.
Hablando con una de las mujeres con SIA le pregunté qué hubiese querido que sus padres hagan que no hicieron y me dijo: quitarle importancia. Y eso me lo grabé a fuego y espero poder llevarlo a cabo
Ya no me parece terrible como me parecía antes de conocer a las chicas de Grapsia, me parece que es una condición diferente y nada más.
Ahora ya tiene 2 años, nos vuelve locos, de amor y de nervios! Tengo una visión sobre la intersexualidad que no tiene nada que ver con lo terrible que me pareció al principio. Nos da miedo lo que no conocemos. Pero tendrá mucho a favor cuando sea grande para aceptarse a sí misma y a su condición.
Tendrá a Grapsia, donde podrá encontrarse con mujeres como ella y chicas de su edad para compartir experiencias y dudas. Y tendrá la aceptación de sus padres y hermana que la apoyaremos en cualquier cosa que decida hacer con su cuerpo.